HÉCTOR ZELADA, UN ARGENTINO ÚNICO 
El campeón del mundo que ni siquiera debutó en la selección

Por Pablo Aro Geraldes

Hay decenas de campeones del mundo que lucen merecidamente su medalla aun cuando no les ha tocado disputar un solo partido de la Copa. Es lo que ocurrió con Héctor Baley, Rubén Galván, Daniel Killer, Rubén Pagnanini y Ricardo La Volpe en 1978 y volvió a darse en 1986 con Sergio Almirón, Daniel Passarella, Luis Islas y Héctor Zelada. Pero entre ellos hay un caso único para la Argentina: un campeón del mundo que ni siquiera llegó a debutar en la Selección: Zelada.

La historia de su incorporación al plantel como tercer arquero sorprendió a todos. Surgido en 1975 de Rosario Central, en 1979 se marchó a México para defender el arco del América y se radicó para siempre en la capital mexicana. Nunca había sido convocado para integrar el seleccionado argentino, por eso fue más curiosa la decisión del entrenador Carlos Bilardo. Pero todavía más extraño es que aunque le estaba dando la camiseta número 22, ni siquiera lo había hecho entrar en un partido amistoso.

Aunque el inmenso Ubaldo Fillol había sido el 1 argentino durante las eliminatorias, Bilardo lo dejó afuera del plantel, al igual que otros jugadores que se destacaron durante la clasificación, como Ricardo Gareca, Juan Barbas o Miguel Ángel Russo. Fillol no iba a ir de suplente y el técnico se inclinaba por Nery Pumpido. Rumores de todo tipo circularon sobre la exclusión del arquero campeón mundial de 1978. Luis Islas sería el recambio. ¿Y quién iría como tercero?

Héctor Zelada en las tribunas del estadio Azteca junto a Diego Maradona y el utilero Miguel Di Lorenzo, más conocido como Galíndez.

Zelada pasaba por un gran momento en el arco americanista pero no estaba bajo la observación del cuerpo técnico. Algunos apuntan a un acuerdo entre la directiva del club, que cedió sus instalaciones para que allí funcionara la concentración argentina, con la AFA y Bilardo.

Admirador de Fillol, Zelada no escondió elogios hacia el Pato cuando la prensa quiso “conocerlo” un poco más tras la sorpresiva convocatoria. Y recibió un “reto” de Bilardo: “Todo el periodismo pidiéndome por Fillol, te pongo a vos y lo elogiás a Fillol, me tirás la gente en contra”.

Zelada fue una especie de anfitrión de sus propios compañeros en Coapa, ya que transitaba su octavo año con el club más popular de México. Ya había dado tres vueltas olímpicas con el América y era uno de los jugadores favoritos de la afición local.

Lo que hace más extraño al caso es que Zelada llegó al Mundial sin partidos con la selección y luego de la consagración que lo tuvo entre los campeones, nunca volvió a ponerse el buzo de la AFA, ni siquiera como suplente.

Este caso único en la historia del fútbol argentino, tiene apenas otros siete equivalentes que se dieron en las primeras cuatro Copas del Mundo: los uruguayos Juan Carlos Calvo (1930), Luis Alberto Rijo y Washington Ortuño (1950) y los italianos Giuseppe Cavanna, Pietro Arcari (1934) Aldo Donato y Bruno Chizzo (1938).

Otro dato muy poco conocido para los argentinos es que Zelada pudo haber sido el arquero de México en aquel inolvidable 1986: “Previo al Mundial tuve oportunidad de ser invitado a comer por Guillermo Cañedo (empresario televisivo y máximo dirigente de la Federación Mexicana de Fútbol) y el señor presidente de México ese momento, Rafael del Castillo, que me hablaron de nacionalizarme y atajar para la selección mexicana”. Es comprensible, venía de ser elegido mejor arquero de México en 1983, 1984 y 1985.

“Para mí fue muy importante que se hayan fijado en mí, pero desafortunadamente no se pudo porque ya había jugado un torneo internacional juvenil con Argentina. Me hubiera gustado estar en la Selección Mexicana y hubiese dado todo de mí, pero tuve la fortuna de ser nominado a la Selección Argentina y me encontré con la inmensa sorpresa de ser campeón del mundo”, comentó en ESPN.

Cuarenta y tres jugadores ganaron las 44 medallas de campeón del mundo conquistadas por la Argentina (Passarella es el único bicampeón). Una de ellas brilla para siempre en el pecho de Héctor Zelada.

Una amistad que nació en México y perdura: la del capitán Diego Maradona.