ENTREVISTA BRAIAN TOLEDO “Me fui a vivir y entrenar duro a Finlandia pensando en Tokio”
años, tiene condiciones y competencia para rato. Así comienza la charla con Mundial De Fondo: “Lo que me empujó a trasladarme a Finlandia es la ambición grande hacia lo que quiero, teniendo en cuenta las cualidades que tengo como deportista, lo que puedo llegar a ser dentro de unos años y lo que hay que sacrificar para llegar a eso. Creo que nadie llega a su meta sin un gran sacrificio. Por eso me voy a Finlandia por un largo periodo del
año, que es un país con una cultura totalmente diferente a la nuestra. Mi forma de entrenar ahora es muy diferente a lo que hacía. Todo cambio considerablemente, por lo que estoy absorbiendo mucha información nueva, de la que voy a sacar provecho de acá en adelante”.
Ihalainen en noviembre del año pasado, pero desde abril se radicó en el país nórdico.
“Lo que me empujó a trasladarme a Finlandia es la ambición grande hacia lo que quiero, teniendo en cuenta las cualidades que tengo como deportista, lo que puedo llegar a ser dentro de unos años y lo que hay que sacrificar para llegar a eso. Creo que nadie llega a su meta sin un gran sacrificio”
¿Qué te sorprendió de la rigurosidad de los entrenamientos?
Recién llegado en Abril hacía mucho frío todavía, -14º que para mí es terrible y para ellos ya no era tanto frío. Un había que correr una hora. Dentro del lugar de entrenamiento hay cinta, entonces yo me empiezo a sacar la
campera para arrancar y me dice que no, que íbamos a ir a correr a un bosque. Entonces nos dejó en un lugar de largada donde la nieve me llegaba por la rodilla… “Los espero en el otro lado”, nos dijo. ¡Yo no entendía nada! Era durísimo correr en la nieve, más duro que cualquier otra superficie. Eso es parte de lo duro que son ellos y que uno va adaptando una cultura totalmente diferente a la nuestra. Cuando llegamos al otro lado del bosque, nos metimos en un sauna, después en un lago de menos 20 grados y pensé: “Me voy a quedar con una neumonía que me muero la semana que viene”. Y para nada. Eso me recuperaba terrible físicamente y después entrenaba mejor. Eso te muestra que son muy diferentes a nosotros. Son gente dura y van para adelante. Pero no son exitistas. Obviamente a mi nuevo entrenador le encanta que tire lejos y que gane. Pero si no sale bien y no se dio, no es el momento y no es el fin del mundo. Él sabe decir la vida es la vida. Y lo simple es lo mejor. Entonces así es la vida, hoy me puede tocar ganar o perder, pero por eso no sos el peor ni el mejor. El siempre aclara que ganar no significa que sos el mejor, ni perdiendo sos el peor. Y busca que uno disfrute de hacer esta disciplina y que te haga feliz. Entonces cuando te deje de hacer feliz ya no hay que hacerlo más. Si dejo de sonreír, debo dejar de hacerlo.
Al progresar tanto, me empiezan a aparecer dolores articulares porque la masa está muy fuerte, pero las articulaciones no las entrené nunca. La masa crece, pero la articulación es la misma, porque no se puede entrenar
articulación. Se puede fortalecer, pero no se puede hacer más grande. Así que para le temporada que viene, me programó un plan de mes y medio de descanso, en el cual todos los días tengo que hacer muchos ejercicios para pulir muñeca, codo, hombro rodillas, tobillos y todo. Para que el próximo año, no sienta esos dolores en el entrenamientos. Lo que Kari me dice es que se va a bajar la carga los meses que quedan, porque ya mejoré mucho por este año, pero necesito tiempo para mejorar timing del lanzamiento de jabalina.
“Obviamente a Kari Ihalainen le encanta que tire lejos y que gane. Pero si no sale bien y no se dio, no es el momento y no es el fin del mundo. Él sabe decir la vida es la vida. Y lo simple es lo mejor. No sos el mejor si ganas, ni el peor si perdes. Y busca que uno disfrute de hacer esta disciplina y que te haga feliz”.
Su mejor marca fue 83,32 en el Mundial Beijing 2015. Para tener una referencia, con esa marca o un poco menos entra a una final, pero los mejores del mundo tiran arriba de 87 y hasta por encima de 90 metros. Tranquilo
en cuanto al gran avance que ve en su físico y aspectos técnicos, la meta es alargo plazo.
El proyecto tanto de mi entrenador como el mío son los Juegos de Tokio, pero siempre en cada torneo uno busca mejorar la marca anterior. Pero este año me lo tomo tranquilo en cuanto a resultados, porque vengo de un giro
de 360 grados en mi vida. No es que me fui dos meses y volví. Me fui a vivir a otro país con todo diferente: cultura, entrenador, entrenamiento y estoy solo. Es una mejora en mi carrera, pero lleva un tiempo de asentamiento y madurez. Estoy convencido que tarde o temprano va a salir lo que estoy buscando. Principalmente estoy contento por cómo se viene dando el año: entreno fuerte, estoy muy bien y los resultados van evolucionando.
Mi principal motivación es el sacrificio que estoy haciendo, tanto familiar como personal. Estuve en Londres con 17 años y ahora tengo otra oportunidad, en el mismo estadio con algunos rivales que tuve en los Juegos.
Estoy con muchas ganas, motivado por el sacrificio. Muchas veces veo que hay opiniones que te matan, pero no saben todo lo que uno es capaz de dejar por esto, que a veces se reduce solo a tres lanzamientos de tres segundos. O sea que en 9 segundos, por ejemplo se me terminó el esfuerzo de ocho meses que dediqué fuera de todos mis afectos, dejando mi vida en un momento y no me salió bien. Un ejemplo malo que puede pasar. Después al otro día te pegan con todo y no está bueno. No lo hablo por mí, lo digo por todo el equipo argentino de atletismo, porque creo que todos se entregan al máximo y muchas veces más de lo que cada uno tiene.
Lo que te da irte a vivir afuera, es la experiencia de competir principalmente. Vas a todos los torneos a mejorarte. Porque si uno no tira fuerte, te dan cachetazos por todos lados, porque no ganas. Tiras 85 metros y no ganas. Tenes que tirar 87 o 90 para ganar. Entonces es una motivación, porque parecería que siempre tiras mal y uno dice: “Estoy
mejorando, pero me siguen ganando”. Volvés a la competencia próxima, y tiras más fuerte. Vas de vuelta y te vuelven a ganar. Hasta que yo pienso que
toda esa motivación constante, es la que va a ser que uno se supere con el tiempo. Por ejemplo yo al competir acá en un evento hermoso (Mundial Londres 2017), a los rivales ya los conozco porque me los crucé todo el año, ya no
tengo presión de competir con ellos porque sé lo que tiran, sé cómo son y se para dónde van. Es más, creo que tienen más presión ellos que yo porque vienen en busca de medallas para su país. Y yo vengo a intentar entrar en la final,
porque siento que es una posibilidad, como no. Entonces como pienso así, vine a disfrutar mi participación en el Mundial. Porque este proceso que ahora estoy haciendo, ellos ya lo hicieron. Hoy están arriba, porque ese trabajo lo
hicieron antes: les ganaron, se superaron, le siguieron metiendo duro y hoy son potencias. Entiendo que me ganen una y otra vez mientras me voy curtiendo. Porque en Argentina no tenemos gran nivel de jabalina, entonces a veces uno solo iba a participar. En Finlandia vos no vas a participar si no estás bien. El día que físicamente no estás bien, no vas. Si no estoy muy bien, hablo con mi entrenador, y no voy. Porque para ir a pasar vergüenza es mejor no ir. En
esa situación no es que te sacan 5 metros de diferencia, te pueden sacar entre 10 y 20 metros si estás mal. Eso sí que
es duro.
En primer lugar disfrutarlo mucho sería un buen mundial para mí. Entender, tener los pies en la tierra que es un año nuevo en el que tengo un tiempo de asimilación a todos estos cambios y que lo que estoy buscando empieza a partir de Tokio. No me tengo que desesperar. Mi primera vez en Londres en
2012, tenía mucha presión a los 17 años y no disfruté nada. Terminaron los Juegos y estuve como tres meses medio deprimido y muy flaco. Quede mal anímicamente por escuchar los “ruidos” (se refiere a las críticas) de afuera. Ahora solo me escucho a mí y los que me quieren, eso será un buen mundial: Saber que estoy dejando todo por mi país. Si me va bien, genial. Y si me va mal, seguiré entrenando en Finlandia para los próximos años.
Un día charlando con él me preguntó de dónde venía yo. El también viene de una familia dura, pero una familia dura en Finlandia come y vive bien. Muy diferente a nosotros. Cuando le dije “Yo también”, interpretó que era
parecido a lo de ellos. Entonces cuando llegamos al detalle quería saber que le describa más, sobre mi mama y mis hermanos. Entonces le empecé a contar la realidad, que era que muchas veces no comíamos y que no teníamos ropa. Ahí se emocionó, me palmeó sobre la espalda y solo me dijo: “Vas a ser muy grande”. Y ahí se terminó la charla. La primera vez que yo veo a un finlandés emocionado (risas)… nunca los vas a ver expresivos. Son muy fríos.
Para él era imposible que con todo mi pasado, llegar hasta donde llegué y ahora estar con él. Pienso que a partir de eso me transmite mucho de disfrutar lo que hago. Es muy humano, esa es cualidad que lo hace distinto y además es el mejor entrenador de la historia de jabalina. En Finlandia lo vuelven loco, lo llaman todo el tiempo, tanto los medios de comunicación como deportistas importantes para que los entrenen, pero ya no atiende a ninguno.
Les dijo que no, que me estaba entrenando a mí y que no quería entrenar a más. Entonces esas cosas para mí son un gran elogio. Pero a mí me viene a decir “vas a tirar muy lejos” o felicitarme cuando superó marcas entrenando. Yo festejo como un loco cuando tiro por encima de lo que vengo haciendo, lo miro y ni se inmuta, sigue a anotando, le pregunto para que me felicite o diga algo y responde: “Es normal”, ni me mira (cuenta simulando a su entrenador de forma muy divertida). Es un viejo terrible y muy áspero cuando te hace entrenar (risas). Me va pinchando para darme máquina y que siga por más. Pero hablando con otros chicos del equipo, sé que se pone contento por cómo voy entrenando porque a ellos les cuenta.
“Mi entrenador viene de una familia dura, pero una familia dura en Finlandia come y vive bien. Cuando le dije “Yo también”, interpretó que era parecido a lo de ellos. Cuando le empecé a contar la realidad, que muchas veces no comíamos y que no teníamos ropa, se emocionó. Me palmeó sobre la espalda y me dijo: Vas a ser muy grande “
La charla debajo del Tower Bridge se cierra con un Braian Toledo de estupendo humor y disfrutando del gran cambio que hizo, sin olvidar que hace un gran sacrificio ni de dónde viene. Su amor por Argentina. Su sentido de pertenencia por Marcos Paz. Siempre para adelante, convencido de su objetivo que es estar entre los mejores del mundo.
Para adelante cómo va su jabalina. Cada vez más adelante, pero disfrutando de lo que hace.
olímpicas-. A lo que Braian asiente y responde con énfasis: “¡Y en Argentina, porque cuando voy a Marcos Paz también disfruto mucho!”