CAMPEÓN OLÍMPICO 
José “Maligno” Torres Gil: “Soy argentino de pura sangre, y esta medalla es de todos”


Conocido como “Maligno” en el mundo del ciclismo BMX freestyle, José Torres Gil se escribió una página goloriosa para el deporte argentino, y su medalla de oro en Paris 2024 será una historia de motivación para cualquier atelta albicelete. La del niño que nació en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), donde sus padres se conocieron, pero que a los 11 años se radicó en Córdoba para luego hacerse, como él dice, “soy argentino de pura sangre”. Y lo demostró cuando escuchaba el himno nacional y veía como la bandera subía a lo más alto del podio en complejo olímpico La Concorde 2. “Quiero hacer una circuito con la medalla en Argentina, porque esta medalla es de todos”

Tras las tradicionales fotos de los medallistas en la Villa, el ciclista dorado aseguró: “Tener esta medalla es lo máximo a lo que pueda aspirar un deportista. Aunque aún no estoy totalmente consciente de lo que sucedió, de lo que está pasando. Parece como si hubiese sido un sueño, del que obviamente no quiero despertar. Espero que cuando pasen unas horas pueda entrar en la realidad, poner los pies sobre la tierra. Y ver qué pasa por mi mente”.

En cuanto a las sensaciones previas a la competencia, comentó que “antes de llegar al circuito iba viendo algún tipo de señales; traté de no prestarle atención, pero las veía igual. Cuando entramos al entrenamiento me sentí mucho más prolijo, más limpio, de lo que entramos ayer a las clasificaciones. Y sentía muchísimos menos nervios que ayer. Eran buenos síntomas. Y a la hora de la competencia tomamos la estrategia que habíamos planeado anoche. Logramos completarla y por suerte funcionó”.

Sobre eso también habló: “cuando pasamos el puente que nos lleva al edificio argentino, al entrar a la Villa, vi que se habían juntado muchos argentinos. De pronto me di cuenta de que me estaban esperando y no lo podía creer. Debo ser muy sincero: en un momento se me cruzó por la cabeza volver a salir de la Villa, esperar que pase el tiempo para entrar pasando lo más inadvertido posible. No porque me moleste tanto afecto, sino porque soy muy vergonzoso”.

Y agregó que “fue muy reconfortante verlos a todos, valorando el esfuerzo que uno hace. Yo que soy nuevo en el mundo olímpico ahora comprendo mejor todo el esfuerzo que realizan ellos primero para llegar a los Juegos y luego por dejar lo mejor en cada competencia. Siento que con esta medalla puedo haber representado un poquito a quienes ya compitieron y quizá merecieron haber tenido mejor suerte de la que tuvieron. El deporte es así, a veces se gana y otras se pierde. Hay que estar preparado para las dos cosas. Quiero repetir hasta cansarme que esto muy feliz y agradecido con todos los deportistas que se acercaron a saludarme”.

“Maligno” es muy familiero, reconoce permanentemente el esfuerzo que hicieron sus padres para que él y Francisco, su hermano mellizo, pudiesen hacer deporte. Por eso era inevitable la pregunta acerca de si ya se había comunicado con sus seres queridos: “Mi teléfono está explotado. Todavía no pude leer los mensajes, pero sí alcancé a ver que hay muchísimos. Ni bien terminó la prueba, algunos medios trataron de ponerme en contacto con mi familia, pero la comunicación estaba rara, nos superponíamos. Fue todo muy rápido, pero seguramente ahora que termine de cumplir con todos los compromisos voy a poder charlas más tranquilo con ellos. Aún sin hablar sé perfectamente que deben estar tan contentos o más que yo”.