EL ESTADIO ALBERGARÁ MILES DE PERSONAS PARA LA CEREMONIA INAUGURAL DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS.
MÍTICO COMO POCOS, A TRAVÉS DEL TIEMPO COSECHÓ EPOPEYAS E HISTORIAS Y ES EL ESCENARIO CENTRAL DEL DEPORTE MUNDIAL DE LOS ÚLTIMOS AÑOS.
El estadio Mario Filho (en honor al periodista fundador de un diario local), más conocido como Maracaná, es considerado uno de los monumentos más legendarios del deporte en el planeta, por ser el escenario de momentos épicos desde sus primeros días de vida.
Se inauguró el 24 de julio de 1950 para el mundial de fútbol que se celebró ese año, con una capacidad inicial para albergar cerca de 200 mil personas, siendo la sede principal de aquella competición y el estadio donde se disputó la recordada final entre Brasil y Uruguay reconocida como el “Maracanazo”, que consagró a los charrúas ante la presencia de 199.854 personas, registrando el récord de público en un partido oficial, como también el mayor número de asistencias en un clásico entre clubes, llegando a 194.603 hinchas en el choque carioca Flamengo – Fluminense el 15 de diciembre de 1963, y desde entonces no paró de escribir un sin fin de historias a nivel deportivo y social.
De aquel Maracaná que fue base del mundial de 1950 al que hoy conocemos y será el principal punto de competencia para los Juegos Olímpicos, pasaron varias transformaciones y remodelaciones que le quitaron capacidad para los espectadores, pero que sumó modernidad y esplendor.
De las casi 200.000 personas que podían entrar en sus comienzos, pasó a 130 mil en 1992, luego del derrumbe que se ocasionó el 19 de julio de ese año, en un partido entre Flamengo y Botafogo, en el que más de un centenar de personas cayeron de la segunda bandeja hacia el vacío, con un saldo de 3 muertos y varios heridos, obligando que se evalúen las instalaciones y se produjera una reforma.
En el medio, también hubo un mundial de clubes que se disputó en enero del 2000, el cual provocó nuevos retoques, pasando de 130 mil a 103 mil personas.
En 2010, se cerró para dar inició a las obras del proyecto del nuevo Maracaná, con la mente en la Copa Mundial 2014, reinaugurándose el 2 de junio de 2013, ya con un volumen máximo para un aforo de 80.000 almas sentadas (por recomendación de la FIFA), que pudieron disfrutar la Copa Confederaciones, posteriormente el Mundial, y este año los Juegos Olímpicos.