Eliminarlo a Suiza en los octavos de final, costó más de lo pensado por muchos. Fue muy duro, más reñido que Alemania-Argelia… Y la sensación de que el equipo gana, de a ratos mejora, pero le faltan muchos argumentos futbolísticos que a esta altura de Brasil 2014 deberían estar aceitados tratándose de una selección como la Argentina, candidata a estar entre los mejores del mundo. El sábado se juega ante Bélgica volver a semifinal tras 24 años.
Hasta el minuto 118′ hubo que sufrir… Nuevamente con otra genialidad de Massi, Argentina destrabó el partido con una notable definición de Di María.
Por @JonyFabbian
Messi-dependencia. Es la mejor forma de describir al equipo dirigido por Alejandro Sabella. Si tenemos cuenta el merecimiento, Argentina desde ya que fue el equipo que buscó más el arco rival y tenía las intenciones de ataque. Pero con eso no bastó para doblegar en 90 minutos a Suiza. Se sabía que el combinado europeo se iba a tirar atrás y jugar al contragolpe, como también se conocía que era probable lo hagan bien. Ese razonamiento no alcanza cómo el principal motivo de que se haya llegado al alargue.
Argentina tiene al mejor del mundo en el ataque y se sustenta en eso. Porque los puntos bajos continúan siendo los mismo que en la primera fase (como ante Bosnia e Irán)…
Los espacios y la lentitud defensiva, especialmente de Fede Fernández y Pablo Zabaleta de bajo rendimiento en toda la copa. Fernando Gago en un nivel muy bajo, fue una pieza destacada en la era Sabella pero se sabe que llegó a la copa entre algodones y pareciera que aún sufre eso a la hora de la precisión en asistencias largas y la velocidad en el juego que lo caracteriza cuando está bien; así no suma, se equivoca en pases que pueden dejar mal parado al equipo y no puede correr para la exigencia de la competencia. Y adelante el lamentable desempeño de Higuaín (lo propio Agüero mientras jugó en primera fase) que lejos está de mejorar; ante Suiza jugó peor de lo que venía mostrando, extremadamente lento para buscar los pases largos, perdiendo en la mayoría de las pelotas divididas y desviado en la definición, da la impresión que el Pipita sufre el partido porque está negado, ya jugó cuatro partidos y no marcó, solo con Bosnia generó riesgo.
En estos aspectos, los niveles que preocupaban son los mismos que siguen preocupando, y tras cuatro partidos, es hora de cambiar.
En el otro lado de la moneda y para ser justos, es destacado el nivel de Sergio Romero (discreto) y Marcos Rojo, muy criticados en lo previo al mundial, son lo mejor al fondo de la Selección. Garay está un nivel aceptable. Mascherano ante Suiza mejoró, tuvo quites que le dieron aire y ánimo al equipo, apareció en el momento indicado. Di María jugó su mejor partido, la pidió siempre, corrió más que nunca, tocó con Messi, se movió por las dos bandas y de yapa, con una definición a lo Champions League, nos dio el pase a cuartos de final. ¿Qué decir de Lionel Messi? Qué por él, Argentina avanza en Brasil 2014. Sus apariciones, son las que desequilibran y cambian el resultado. El método se repite. Un método que puede no ser siempre el salvador.
Argentina en los papeles, es mucho más de los rivales que viene enfrentando en el mundial. Pero en el juego, la diferencia viene siendo mínima, una diferencia sustentada en jugar con Lio Messi.
La Selección Argentina tuvo buenas intenciones ante Suiza, pero le cuesta llegar al arco con claridad, y hay jugadores claves que están en baja forma. Lo positivo es que se viene de menor a mayor. Lo negativo, es que no hay mejoras en las falencias que se repiten y parecería que a Alejandro Sabella le tiembla el pulso a la hora de cambiar opciones en el once inicial o en el medio de un partido… o que deposita todo a los ráfagas de su as de espadas. Los cambios son generalmente en los últimos 20 minutos y sin una modificación llamativa, Palacio por Lavezzi… Biglia por Gago… Basanta por Rojo por desgaste… se cambian “fichas” del mismo valor y se arriesga poco. Y a veces, siendo un candidato a ganar el mundial, hay situaciones que justifican una jugada más ambiciosa.
Un ejemplo es el de Ricky Álvarez, quién entró muy bien ante Nigeria, pero en el lugar de Messi y no tuvo oportunidad de tirar paredes con el diez, algo que al menos se podría probar cuándo la situación lo demanda tras no lograr quebrar a un modesto equipo suizo tras más de 100 minutos de juego.
La hinchada Argentina es mejor afuera, comparada con lo que el equipo muestra adentro en el juego respecto del potencial que tiene. Sí se despiertan algunas piezas que están dormidas o se cambian por mejores alternativas, se puede llegar lejos. Así lo depara el fixture que viene siendo generoso con la albiceleste. Pero se debe hacer un click. Hasta ahora viene pasando, más por historia y suerte, que por lo que juega. Y existe una pregunta latente en cada argentino que ve jugar al equipo de Sabella: ¿Por qué sufrir tanto?
ARGENTINA 1 – SUIZA 0 (1-07-2014)
Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Federico Fernández, Ezequiel Garay, Marcos Rojo; Ezequiel Lavezzi, Fernando Gago, Javier Mascherano, Angel Di María; Lionel Messi y Gonzalo Higuaín. Director técnico: Alejandro Sabella.
Suiza: Diego Benaglio; Stephan Lichtsteiner, Johan Djourou, Fabian Schär, Ricardo Rodríguez; Valon Behrami, Gökhan Inler; Granit Xhaka, Xherdan Shaqiri, Admir Mehmedi; y Josip Drmic. Director técnico: Ottmar Hitzfeld.
Gol: Ángel Di María a los 13 minutos del segundo tiempo suplementario
Cambios: ST 20′ Gelson Fernandes por Xhaka(S); 28′ Rodrigo Palacio por Lavezzi(A); 36′ Haris Seferovic por Drmic(S). En el primer tiempo suplementario: 15´ José Basanta por Rojo(A). En el segundo tiempo cuplementario: al inicio Lucas Biglia por Gago(A); 7′ Blreim Dzemaili por Behrami(S).