24 de junio de 1990: El placer de eliminar a Brasil en un Mundial

LAS GAMBETAS DE DIEGO, EL AMAGUE DE CANI… ¡Y CHAU BRASIL!

“Esto fue un milagro”, describió Diego Maradona en el
estadio Delle Alpi, tras derrotar a la verdeamarela con
el golazo de Caniggia dejando tirado a Taffarel en el cruce de octavos de final
de Italia ’90.
La soleada tarde en Torino,
inolvidable mediodía argentino, fue una de esas jornadas históricas que ningún
futbolero olvidará. Brasil había superado ampliamente a lo largo del partido a
Argentina. Pero a diez minutos del final… el diez frotó la
lámpara, se burló de tres amarillos y vio pasar al hijo
del viento
. Todos recordamos qué estábamos haciendo en el preciso instante
en que Claudio Paul Caniggia apareció en primer plano del televisor gritando el
gol. Todos recordamos con quién estábamos, en qué lugar y cómo fue el abrazo.
Ni hablar, afortunados por la vida y el destino, quienes estaban in
situ 
en el lugar donde la Juve hacía las veces de
local. Es que fue un superclásico memorable: Argentina le había ganado a Brasil
y estaba en cuartos de final.
Un mundial en el que Brasil, como
siempre, era uno de los candidatos a llevarse el trofeo. Mientras Argentina,
campeona en el ’86, ya ni cerca estaba del nivel mostrado en México. Maradona
arribó al torneo perseguido por las lesiones y en el transcurso del mismo, su
tobillo quedó a la miseria. Lo que limitaba ampliamente al, por entonces, mejor
jugador del mundo. Las fotos de la época muestran un tobillo hiper hinchado con
una tremenda herida en el medio provocada por golpes e inyecciones de
infiltraciones. Esa Argentina debilitada había comenzado la competencia
perdiendo ante Camerún y esa caída provocó culminar tercera en el grupo, con el
deber de tener que verse las caras contra Brasil en octavos para ver quien se
iba de Italia y quien se quedaba.
Se quedó Argentina. El destino lo
quiso así. Y así lo recordará la historia. Brasil había sido mucho más en el
juego, especialmente en el primer tiempo, donde los dirigidos por Lazaroni se
cansaron de bailar al ritmo carioca provocando peligro en el arco
defendido por Sergio Goycochea. Brasil iba e iba… Muller y Careca disparaban y
disparaban… los sonidos de los postes se escuchaban y se escuchaban. Pero
unas veces Goyco, y otras tantas la suerte, hicieron que Brasil no pueda
marcar el gol.
“No se la den más a los de amarillo, que son los rivales”, fue la frase
que les dijo Carlos Salvador Bilardo a sus dirigidos segundos antes de salir
del vestuario rumbo al segundo tiempo. Luego, la famosa historia del bidón
de Branco. Cuenta la leyenda que desde el banco argentino enviaron agua podrida
provocando la descompostura del volante brasileño. Al respecto, Maradona
una vez recordó: “Estaban los
bidones… Tomó Branco, y venía a tomar Valdo y todos los buenos; yo decía: ¡Toménse
todo, toménse todooo!… Y va el Vasco Olarticochea, caza un bidón y le
digó: ¡Vasco, noooooooooo!!! Se salvó Careca, se salvo Valdo… A Valdo le
decía: ¡Andá Valdito, anda Valdito, tomá que hace un calor bárbaro! Se
dieron cuenta justo, porque Branco se lo tomó todo y se caía. Después del
partido, estaban los micros juntos y Branco me señaló y me decía ‘Fuiste
vos’. Alguien picó Royphnol en el bidón y se pudrió todo”.
Aunque más famosa es la historia de
las gambetas del Diego y la corrida del Cani, que
sentenciaron una de las victorias albiceleste más importantes
en un mundial. “Cuando viene Rocha, veo pasar una flecha con mechas
rubias y entonces le doy el pase a Cani”
, recuerda Maradona sobre la jugada
que desembocó en el 1-0 a Brasil en octavos de final del Mundial ’90.
Una historia que quedó grabada por
siempre en la mente del argentino futbolero. Es por eso que hoy, 24 años más
tarde en el Mundial de Brasil, cuando los hinchas entonan la famosa canción Brasil decime que se siente, tienen en una en sus estrofas: “¡El
Diego los gambeteó y Cani los vacunó, ´tan’ llorando desde Italia hasta hoy!”

Ese 24 de junio en Italia ’90… La alegría tuvo fin
para Brasil. Así lo decretaron Diego Armando y Claudio Paul.
@JonyFabbian