EXCLUSIVO MUNDIAL DE FONDO Sergio Hernández y una imperdible descripción hombre a hombre
Por Jonatan Fabbian
En el extenso mano a mano con Mundial De Fondo, Sergio Santos Hernández se prendió a un ping pong para describir en pocas palabras a jugadores de la Generación Dorada y con un interesante agregado de dos nombres históricos de nuestro básquet. El Oveja, conoce como pocos el mundo de la bola anaranjada en Argentina.
El bahiense ganó como conductor seis veces la Liga Nacional -2 Estudiantes Olavarría, 1 Boca Juniors y 3 Peñarol de Mar del Plata-. Es quien más veces fue campeón del torneo local. Además de títulos internacionales con los clubes, fue el entrenador cuando la Generación Dorada se subió al podio por última vez en unos Juegos Olímpicos: Beijing 2008. Fue en su primera etapa albiceleste. Hoy atraviesa su segunda era en la Selección que se cerraría el año que viene en Tokio 2021.
Su trayectoria indiscutida, combinada con su manera de entregarse a una charla de más de una hora, llevó a un atractivo ida y vuelta para hablar de hombres que dirigió en la Selección, y algo más. Los 12 nominados son…
-Te propongo repasar a los protagonistas de la Generación Dorada. Te nombro jugadores y me tirás una frase…
-Dale…
1- Luis Scola.
-Cuando se retire va a ser el capitán más importante de la historia de cualquier deporte de conjunto en la Argentina. Cuando digo capitán me refiero a capitán-líder. Es un tipo diferente, te lleva a lugares a los que vos solo no hubieses llegado.
2- Emanuel Ginóbili.
-Es el básquet en estado puro. Te da bronca que parezca que no hace nada mal. Buen tipo, buen amigo, buen papá… posiblemente el mejor jugador de la historia FIBA. Una persona de bien que la recontrarrompía jugando al básquet.
3- Facundo Campazzo
-El ex “Terremoto” Campazzo. Ahora es una calma. A veces me pongo pesado con estas cosas porque no quiero confundir a la gente porque hay muchos entrenadores que se adjudican haber “creado” a un jugador. Colaboramos, ayudamos, pero nadie “hace” a un jugador. Facu era un chico jovencito que adentro de la cancha era una bestia, se comía la cancha en pedazos pero era absolutamente desordenado. Le daba lo mismo perder 17 pelotas seguidas que tirarse un tiro a la carrera, pero siempre desde la buena voluntad. Siempre fue obediente pero no sabía bien qué obedecer. Él pensaba que estaba bien lo que estaba haciendo. Y cuando yo me meto un poco más en su carrera y en su vida, me doy cuenta que él jugaba así porque fuera de la cancha era un caos. A los 15 años se fue a vivir solo a Mar del Plata, lo reclutó Peñarol, la mamá se tuvo que quedar en Córdoba, cenaba a las dos de la mañana, si no había entrenamiento se levantaba a cualquier hora, terminaba de jugar y se iba a comer un pancho, no tenía control de la alimentación, había dejado el colegio, lo único que lo motivaba era el básquet. Yo le insistía con que lea, con que se acomode, con que mejore sus hábitos y le decía “Facu, el día que vos te acomodes fuera de la cancha te vas a acomodar adentro, vas a ser mejor jugador, vas a perder menos balones, vas a entender mejor el juego, vas a jugar mejor y hacer jugar mejor a tu equipo, cuando leas más, incorpores conocimientos y hagas trabajar tu cerebro todos los días también vas a ser mejor adentro de la cancha, ser más inteligente. El cerebro es un músculo más, lo tenés que entrenar”. Y él es una esponja que absorbió todo eso.
Cuando llegó a la selección, tras el primer entrenamiento se sacó la camiseta en el vestuario, se miraron entre los de la Generación Dorada que había ahí y Manu le dijo: “nunca vi un jugador de alta competencia con panza”. Facu se puso todo colorado y cuando llegaron al hotel para la cena, él se puso atrás de Manu y de Luis, lo miraron (tenía 18 años) y él les dijo: “quiero comer lo mismo que comen ustedes”. Ahí empezó y hoy no sabés lo que es. Él me regaló el libro “Cerebro de pan”, el de Marie Kondo… es increíble su cambio, tremendo. Llegó a ser el mejor base de Europa. Es un súper crack también afuera de la cancha.
4- Pepe Sánchez.
-Un cerebro tremendo, algunos creen que era solo un estratega, uno que veía muy bien el juego… No: Pepe era mucho más habilidoso y con más calidad de lo que se creía. La tenía atada. Lo conozco desde chiquito y te metía 40 puntos como si nada. Y con un nivel, una maldad competitiva tremenda: veía la herida e iba ahí encima, te metía el dedo en la herida hasta que te mataba. Era capaz de comerle la cabeza a un rival de una manera tal de hacerlo desaparecer de la cancha, solamente con su actitud. Pero claro, estamos hablando de un jugador que por años fue el mejor base de Europa y fue estrella en la NCAA.
5- Pablo Prigioni.
-Era el tipo que veía todo antes que yo y antes que cualquier otro. Por eso ahora es entrenador. Ya al tercer partido de cualquier torneo ya tenía el scouting hecho de todos los equipos. Está muy bien considerado, tiene personalidad, es competitivo y va a querer ser entrenador principal porque disfruta de la adrenalina de la competencia, hasta de la crítica disfruta.
6- Carlos Delfino.
-Si le pedís a alguien que te diseñe a un jugador de básquet, te diseña a Delfino. Manu me decía: “si yo tuviera las condiciones de este pibe…”. Tiene elegancia y contundencia, está hecho para jugar al básquet. Le gustaba competir, ganador.
7- Andrés Nocioni.
-Un imprescindible. Si querés ganar, tenés que tener al Chapu Nocioni. Por algo el Real Madrid lo ficha con 35 años, y logra dominar no solo España sino la Euroliga. Aunque él diga que no, tiene talento y físicamente pocas veces vi un caballo como él. Nunca pensaba que iba a perder. Y lo peor para los rivales es que a él no le importaba perder… ¿Sabés lo que es jugar contra alguien que no tiene miedo a perder? Es lo peor que te puede pasar en la vida; es como pelear contra alguien que no tiene miedo a morir.
Por muchos años tuvo como fondo de pantalla de su notebook la foto de su tiro contra España, más allá de haberlo errado; él estaba orgulloso de ese disparo.
8- Rubén Wolkowyski.
-Con el Colorado viví una situación muy particular que fue haber ganado mi primera Liga Nacional en el 2000 en Estudiantes de Olavarría: él salió MVP de la Liga y a los veinte días yo le estaba ayudando a embalar unas cajas en la casa de Olavarría porque lo habían llamado los Seattle Supersonics… ¡Se fue de Olavarría a Seattle sin escalas! Para mí fue muy especial; como que una parte tuya también va a la NBA.
9- Walter Herrmann.
-Es de esos jugadores que decís, también, “a este pibe lo hicieron para jugar al básquet”. Un físico increíble, 2,03 metros, una mano que agarra la pelota como si fuera una mandarina. Raza blanca y cuerpo de negro, atlético. Parecía que no le importaba nada pero era tremendamente ganador y competitivo. Y le tocó sufrir muchas cosas en la vida, muchas más de las que cualquier persona imagina sufrir, y así y todo su capacidad de resiliencia fue enorme. Es un ejemplo a seguir.
10- Leo Gutiérrez
-Es el más ganador de la historia de la Liga Nacional, campeón con Olimpia de Venado Tuerto, con Boca Juniors, con Ben Hur, con Peñarol, con Atenas y casi siempre como líder del equipo. Un liderazgo a lo Jordan en los clubes. Perteneciendo a la LNB se mantuvo en la generación dorada Juego Olímpico tras Juego Olímpico.
-Salimos de la Generación Dorada: 11- Hernán Montenegro.
-Por empezar es un amigo de toda la vida. Súper-híper-recontra talentoso. El potencial que tenía Hernán muy pocas veces se lo vi a otro jugador. Él necesitaba ir por otro lado, necesitaba divertirse, se aburría de hacer siempre lo mismo, y el deporte de alta competencia es rutina, conducta.
12-Marcelo Milanesio.
-Como rival, fue el tipo que más me hizo entender el juego, el que más me hizo mejorar como entrenador. Enfrentarlo en un play-off era no dormir dos semanas, porque sabías que planificaras lo que planificaras y plantearas lo que plantearas, a los dos minutos de juego él iba a tener la respuesta. Tenías que tener tres o cuatro planteos para un mismo partido porque sabías que él te iba a encontrar la vuelta. Tanto lo admiré y lo admiro que lo llevé a un cuerpo técnico conmigo, a Turquía 2010 fue él como uno de los asistentes. Es uno de los mejores bases que vi en mi vida, y vi muchos, eh.
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