GENERACION DORADA ¡Gracias de oro!
Por Jonatan Fabbian
Vi parte de esta Generación de otro planeta desde el campo de juego. Los vi en un Preolímpico ser campeones, los vi romperse el lomo por una medalla en Londres, los vi en un Mundial jugando y poniendo en situaciones adversas, y por último hace unas horas los vi caer con gloria, ovacionados… con mucho amor por la camiseta. Me sentí un privilegiado, sabía que era la última vez, estuve muy nervioso en la previa y algo raro me pasó en todo el día. Una parte, tal vez la más emocionante, de mi vida ligada al deporte se despedía ante otros monstruos made in USA que no daban chance.
Me hicieron llorar de felicidad tres veces, las tres ante Brasil. Una en Mar del Plata, otra en Londres y otra hace unos días en Brasil. Justo en Río y ante un clima tan hostil que me saqué la credencial y me puse a gritar como un pibe de la secundaria. Mirá si no se retirarán a lo grande, que le dieron clase a un poderoso Brasil tras dos suplementarios infartantes en su casa.
El abrazo que nos dimos Flako Sciarresi cuando estábamos disfrutando eso a pocos metros de los jugadores, quedará en mi chip mental que ni a los 80 años, cuando tenga problemitas de memoria, lo voy a olvidar.
Me hicieron emocionar tres veces en cinco años ante Brasil, algo que las estrellas del fútbol nunca lograron. En Londres, tras una victoria a Nigeria, hasta compartí con mi hermano quedarnos media hora más gritando extasiados por Argentina y ellos volver de los vestuarios para cantar con los que quedábamos…
Hoy me sentí raro buena parte del día, sentí orgullo cuando los vi irse de la cancha, esta vez no me emocioné, no quise ni pensar que se iba una parte muy grosa de mi vida periodística-deportiva, y entonces salí corriendo a ver voley, que fue la gran excusa para no asimilar el golpe. A las bestias denominadas El Alma, a mi me llenaron el alma olímpicamente. Entonces saqué unas fotos y me fui. No me animé a pensar que fue la última vez -ya lo había pensado cuando desperté-, y salí corriendo a Maracanazinho, cómo un nene que no va asimilar que el juego se acaba, por eso no opté por ir a zona mixta. Ya me habían dado mucho.
En esos torneos entrevisté a Manu, a Luifa, a Chapu, a Lancha, a Facu, a Lamas y tuve largos diálogos con el Oveja. También crucé charlas con el Puma Montecchia, Fabricio Oberto, Leo Gutierrez y Pepe Sanchez, entre otros.
Ahora lo pienso y, para los amantes del fútbol, es como si en cinco años hubiese hecho notas con Maradona, Batistuta, Caniggia, Ruggeri, el Cholo, Batista, Bilardo y haber conversado varias veces con Menotti.
Los vi ganar, los vi perder con orgullo, los vi jugar… hacer miles de barriletes cósmicos con las piernas y la bola naranja. Los vi hacer feliz a muchos amigos míos y claramente me hicieron feliz a mi.
Bestias doradas… GRACIAS me queda demasiado corto. Pero es lo que hay: Gracias por el básquet, gracias por el sentido de pertenencia a la camiseta argentina, gracias por los huevos enormes que pusieron siempre, gracias por los valores deportivos que plasmaron, gracias por el compañerismo que mostraron ante ustedes y gracias por ser el equipo más grande de la historia deportiva del país.
Son las 3 de la mañana en Río, pero así como no asimilé el golpe y fui corriendo a ver vóley. Necesitaba expresarlo para intentar dormir tranquilo. Gracias de oro.
@JonyFabbian