EL ALEMÁN QUE ADMITIÓ QUE NO FUE PENAL A MDF 
Falleció Andreas Brehme, el autor del penal contra Argentina en la final de Italia 1990

Por Jonatan Fabbian

A los 63 años, murió una leyenda del fútbol alemán y mundialista, recordado por hacer el único gol de la final de la Copa del Mundo ante Argentina y Alemania levantó título en Roma. La prensa alemana publica que Andreas Brehme fue ingresado de urgencia en la clínica Ziemssenstrassed de Múnich y murió por un paro cardíaco. La noticia la dio a conocer su mujer Susanne Schaefer.

El defensor, destacado por su habilidad de jugar con los dos perfiles, tuvo una trayectoria amplia desempeñándose en el HSV Barmbek-Uhlenhorst, FC Saarbrücken, Kaiserslautern, Bayern Munich, Inter y Real Zaragoza. Pero lo más relevante de su vida deportiva, fue cuando tomó la decisión de ejecutar el penal decisivo de la final, ante la poca confianza del principal tirador Lothar Matthaus que se había cambiado los botines en medio del partido. Y fue Brehme quien ejecutó el polémico penal y celebró el gol del título mundial.

Brehme, en diálogo con Mundial de Fondo vía correo electrónico años atrás, remarcó con lujo de detalles el momento crucial de esa final, y contestó interrogantes sobre el partido definitorio en el Olímpico de Roma, aquel 8 de julio frente a la Argentina de Diego. “Para nosotros era el momento perfecto para enfrentar a Argentina y quitarnos la espina de México ’86. Llegábamos mejor y por eso confiábamos en nosotros. Sabíamos que de una forma u otra nos llevaríamos la Copa. Era un objetivo que se nos había postergado 4 años”.

Ni los más de treinta años que nos separan del partido que definió Italia ’90, pueden borrar el recuerdo de los argentinos que aún reclaman a Edgardo Codesal la controversial jugada en la que sancionó penal de Sensini a Rudi Voller. El penal que le quitó a la Selección de Maradona revalidar levantar la Copa del Mundo como cuatro años antes en México ’86. Con honestidad, Brehme le admitió a Mundial de Fondo que ese penal no fue lo claro que debía ser para cobrarse.

“Creo que Codesal no fue el principal artífice de la victoria alemana. Arbitrar una final de la Copa Mundial probablemente no sea el trabajo más fácil”, expresó el lateral alemán recién fallecido sobre el juez uruguayo nacionalizado mexicano. Aunque agregó: “Creo que no fue penal. Si bien los jugadores argentinos todavía discuten esa jugada de Rudi Völler, no desean recordar la jugada de Klaus Augenthaler anteriormente, ya que le hicieron una falta clara dentro del área, que no fue señalada. Así que se compensaría una cosa con la otra”.

Previo a la final, Alemania eliminó a selecciones fuertes como Holanda, Checoslovaquia e Inglaterra. Así lo describió: “El camino que recorrimos nos daba seguridad. En todos las instancias que transitamos merecimos ganar. Incluso frente a Inglaterra en la que definimos con disparos del punto del penal.  Indiscutiblemente fuimos justos ganadores”

Una de las principales bajas de Argentina en aquella final fue Claudio Caniggia, que por una amonestación en la semifinal no pudo participar de la última cita, manifestó que de haber podido jugar, el resultado hubiera sido distinto y favorable para la celeste y blanca. Y en relación a este comentario, el ex futbolista teutón, opinó: “Son solo especulaciones. Su dupla con Diego era muy buena. Pero nosotros teníamos también a Rudi (Völler) y a Klinsmann. Pero todos eramos importantes. Esa fue una gran diferencia, no dependíamos de un solo jugador. Si alguno faltaba, el que estaba atrás podía reemplazarlo de la mejor manera”.

A nivel clubes, el punto más alto de Brehme en Italia donde pasó del Bayern, campeón de la Bundesliga 1987, al Inter en 1988, equipo con el que, junto a sus compatriotas Klinsmann y Matthaus, logró conquistar un Scudetto, una Supercopa de Italia y una Copa de la UEFA. Tridente fundamental en el título de 1990 con la Selección Alemana. Tras su paso por el Calcio y una temporada en el Real Zaragoza, regresó al Kaiserslautern en 1993, donde finalizó su carrera en 1998, tras ganar su segunda Bundesliga. Con la partida de Andreas, el mítico ambidiestro, el fútbol siente la pérdida de un protagonista de los mundiales y un “enemigo íntimo” de la Selección Argentina. La pelota despide a un verdadero campeón.