FALLECIÓ A LOS 88 AÑOS El último saludo del Papa Francisco
El 20 de abril, con una salud muy endeble, el papa Francisco había dado la bendición pascual, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, en donde dio su último mensaje al mundo y, horas después, falleció a sus 88 años.
Por la madrugada del lunes, el sumo pontífice murió. Tenía 88 años. Y así lo relató Jonatan Fabbian desde el Vaticano: “Hace 4 horas el Vaticano anunció la muerte del papa Francisco, a los 88 años. En este último tiempo su salud fue frágil. Ayer, cuando lo veíamos en la ceremonia pascuales, decíamos que era un milagro”.
El papa Francisco había tenido problemas en su sistema pulmonar. Una bineumonía bilateral. Una neumonía que lo tenía a mal traer y que fue su talón de Aquiles, con aquella operación, hace algunos años. Como si hubiese querido despedirse con una Pascuas más. Llegó con el último aliento a estar con la gente, en donde también estuvo presente Mundial de Fondo con Jonatan Fabbian.
En ese marco, el periodista Jonatan Fabian, expuso uno de los últimos mensajes del papa Francisco a sus fieles y al mundo: “Participó muy brevemente en la misa de Pascuas de este último domingo, dirigiendo la bendición Urbi et Orbi, desde el balcón de la Basilia de San Pedro. Les deseo a los fieles un feliz domingo de pascua y llamó a la libertad de pensamiento y a la tolerancia. Fue su mensaje final al mundo”.
EL ÚLTIMO MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO AL MUNDO
“Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes”.
“Hay que confiar en los demás, incluso en quien no nos es cercano o proviene de tierras lejanas, con costumbres, estilos de vida, ideas y hábitos diferentes de los que a nosotros nos resultan más familiares; pues todos somos hijos de Dios”.
“Quisiera que volviéramos a tener esperanza en que la paz es posible… Se irradie la luz de la paz sobre toda Tierra Santa y sobre el mundo entero”.
“Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible”.