MESSI EN MARSELLA ANTE SAMPAOLI 
OM-PSG, un cruce francés al que las rivalidades de siempre se le suman las internas argentinas

Por JONATAN FABBIAN

DESDE MARSELLA.- Más de 65 mil personas visitarán esta noche el “Stade Vélodrome” para presenciar el clásico más importante del fútbol francés. Lionel Messi lo hará por primera vez y ante el equipo dirigido por Jorge Sampaoli, con quién -junto a Ángel Di María- tiene un ya conocido distanciamiento que data desde Rusia 2018. Por entonces, los jugadores de la Selección Argentina se plantaron en plena Copa del Mundo ante las incoherencias futbolísticas del entrenador tras la derrota en el segundo partido, que tuvo a la Albiceleste a un paso de quedar fuera de la primera fase. La historia es conocida, tanto cómo la profunda rivalidad que existe en Francia entre Olympique de Marsella y Paris Saint-Germain. 


Se suma otro interesante duelo, el de los entrenadores Sampaoli y Mauricio Pochettino, quiénes lo único que tienen en común es haber nacido en la misma provincia de Argentina (Santa Fé) y el inició futbolístico en Newell’ Old Boys de Rosario. Poca similitud futbolísticamente entre la histriónica conducción de “Sampa” a los gritos desde el banco y la políticamente correcta presencia a lo Sir Inglés de “Poche”, que exageradamente adoptó de la Premier League. En juego, se cruzan los dos más poderosos y con más rivalidad del fútbol galo. El tercero recibe al primero. Olympique de Marsella es el único que puede acortar, mano a mano, la supremacía del PSG en Ligue 1. Todo esto será a estadio lleno, suceso que no acontece desde el 27 de octubre de 2019. 


Cómo todo clásico hay una constante renovación y poco importa lo transitado hasta que se vuelven a ver en cancha. El OM-PSG se alimenta constantemente entre los clubes de más portadas mediáticas de Ligue 1 y hay mucha expectativa por este nuevo escenario: el reencuentro a estadio completo tras dos años.  Messi, Neymar y Mbappé alinean una ofensiva letal junto a la velocidad-talento de Di María para atender a domicilio al único posible competidor rumbo al título local. Así avanza el primer clásico con Leo Messi en suelo francés, cuando en España ya se habrá jugado Barcelona-Real Madrid en el Camp Nou sin él por primera vez en diecisiete años.


Icardi vuelve a formar parte de la plantilla y Ángel Di María retorna al once inicial. “Fideo” fue quién en la pasada triple fecha de eliminatoria sudamericana, en una entrevista a TyC Sports, puso en palabras el distanciamiento de los jugadores argentinos con Sampaoli: “No sé qué puedo decir, porque la verdad es que empezó muy bien y terminó mal. Cada vez que venía a París me decía que estaba Leo, yo y los demás. Me trató como si fuera uno de los mejores, pero después un partido me dejó en el banquillo en Rusia 2018 y sin explicaciones. Es una persona muy extraña. Empezó muy bien con todos y terminó muy mal con todos. Fue una pena porque fue el último Mundial de Masche (Javier Mascherano), y terminó yendo de la peor manera posible“.


“De la peor manera posible”. Si quedaba alguna revelación para confirmar lo que en el ámbito del fútbol se sabe, de la pésima relación de Messi y compañía con el entrenador que los dirigió en el mundial, la frase fue contundente: “Una persona muy extraña que empezó muy bien con todos y terminó muy mal con todos”.

Sampaoli y su particular forma de vivir los partidos

Sampaoli con inteligencia le bajó el tono a la realidad en la conferencia previa: “Lamentablemente, no viví un contexto favorable para poder beneficiarme mucho, pero no cambió mi pensamiento sobre Messi: es un jugador eterno, gracias a su profesionalidad y su implicación. Será un placer volver a verlo en el terreno de juego, aunque sea muy complicado porque nos puede hacer mucho daño en cualquier momento”.
Y agregó elogios: “Sabemos que es el mejor jugador del mundo y, por tanto, es muy difícil de controlar. Con nuestro juego, tenemos que asegurarnos de que Leo esté lejos de nuestro arco. Si está cerca, todos sabemos que tiene la capacidad de hacernos mucho daño. La mejor forma de detener a un jugador así es controlar el juego“.

Messi en amistosa relación con Pochettino. Ambos rosarinos e hinchas de Newell’s en Argentina.

Por otro lado, Pochettino se salió un poco del modo “Sir Inglés” para admitir más criollamente que lo que vale en el clásico es la victoria: “Un PSG-OM es un partido con vida propia. Sus emociones y sus  diferentes culturas, hacen que cada clásico sea especial. Más allá de los tres puntos, está el orgullo. Se juega para ganar y no para otra cosa. Si se puede jugar bien y ganar mucho mejor. Para el club, los jugadores y los entrenadores, no es un partido similar a otros. Por lo que es prioridad ganar. No hay ninguna duda de que viajamos a Marsella para continuar nuestro camino de victoria, y no pensamos en la posibilidad de la derrota. Son deportivamente nuestros enemigos, sabemos que será hostil pero no tenemos ningún tipo de temor. Espero que no haya ningún tipo de problema, que se pueda disfrutar de un gran partido de fútbol con la rivalidad tradicional que existe, pero que haya un ganador merecido y nada que exceda fuera del campo de juego”.

Y también elogió a su rival: “Creo que será un partido emocionante con dos equipos que buscan ofensivamente y que corren riesgos. Nuestros jugadores creen en nuestra forma de jugar. Sin eso, es imposible ganar partidos. Es una mezcla de todo: todos los entrenadores quieren jugar bien y marcar goles. Por su parte, el Olympique de Marsella acelera rápido el juego cuando tiene el balón. Con sus características cómo todo rival, sabemos cuáles son sus puntos fuertes”. 


El regreso de Leo al Vélodrome, doce años después del amistoso entre Francia y Argentina (0-2) con Maradona en el banquillo aplaudido por los cuatro costados, será en un partido que las rivalidades francesas, se le agregan dos opuestas maneras de conducción entre los argentinos Sampaoli y Pochettino, más la mala relación que quedó de Sampaoli con Messi y Di María, entre otros. 

Un clásico para ver. Enemigos íntimos en Marsella.