BOLIVIA 1-2 ARGENTINA 
Con oxígeno y puntaje perfecto

Por Pablo Aro Geraldes

Prueba superada para la selección argentina modelo Eliminatorias 2022. La primera de las nueve dobles jornadas que componen el camino a Qatar se saldó con seis puntos y, sobre todo, con una mejoría en la actuación colectiva si se compara la victoria en La Paz con la de cinco días antes sobre Ecuador en La Bombonera.

Los goles de Lautaro Martínez y Joaquín Correa sellaron el 1-2 albiceleste (Marcelo Moreno Martins había abierto el marcador) para vencer a Bolivia y dejar atrás el escollo que representan los 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar del estadio Hernando Siles. Se pudo. Lo consiguió el entrenador Lionel Scaroni al igual que lo había logrado -con idéntico marcador- en 2005, cuando él integraba el equipo comandado por José Pekerman, rumbo a Alemania 2006.

Quince años pasaron para una nueva victoria en la altura de La Paz. A diferencia de lo que se había hecho en los últimos cinco choques por Eliminatorias, Scaloni decidió viajar 48 horas antes del partido, realizar una práctica en la víspera y apostó un pleno a una rápida adaptación de los jugadores argentinos. La jugada dio resultado, como también el planteo de cuidar la pelota, medir el esfuerzo y utilizar con inteligencia los cinco cambios que de manera excepcional el reglamento permite durante la pandemia de convid-19.

Aunque Bolivia es el adversario más flojo de Sudamérica y Argentina cuenta con uno de los planteles más calificados, el encuentro a puertas cerradas no resultó sencillo. Más aun cuando los locales se pusieron 1-0 y se retrasaron en el campo.

Rodrigo De Paul y Lucas Ocampos se movieron por los costados, Leandro Paredes y Exequiel Palacios por adentro, y arriba quedaron Lionel Messi y Lautaro Martínez. Bien plantado en el fondo, por momento el equipo se “alargó” y lo pagó con el gol, cuando seis jugadores argentinos quedaron en campo rival sin chance de retroceder, ante una pérdida de Ocampos. Queda la excusa de la altura, pero es un punto a revisar para el entrenador.

El conjunto se compactó para jugar en corto y crear mirando el arco de Carlos Lampe. Exequiel Palacios se convirtió en nexo vital con ingenio, ideas y un interesante despliegue físico. Fue la solución, el engranaje que movió al resto de la maquinaria. Así llegó el empate, cuando se acababa la primera mitad, en los pies de Lautaro, prácticamente en la puerta del arco.

Para el complemento el nivel colectivo mejoró, se movió de manera más equilibrada y buscó hacer pesar a sus hombres más hábiles en el duelo individual. Messi asumió el rol, pero sin ese peso de campañas pasadas, en las que parecía que él y solo él cargaba con esa responsabilidad.

Dominante de la escena, Argentina hizo valer esa sociedad que asoma entre Messi y Martínez. Ellos combinaron movimientos y tensaron los hilos para que llegara el gol del triunfo, dejando a Correa (ingresado por Ocampos) solo para definir de zurda ante Lampe.

Victoria con categoría ante un adversario inferior, puntaje perfecto en el largo camino a Qatar y el aire que esto da para seguir perfilando un equipo que apuesta a ganador.

La zurda de Messi, el arma más importante de Argentina.

La próxima cita será en noviembre, con otra doble jornada: por la fecha 3 recibirá a Paraguay el 12 y cinco días después visitará a Perú en Lima.