“No me gusta perder, pero no es un momento triste, es el momento de más orgullo… Llegamos a la semifinal de un Mundial”

Luego de la dolorosa derrota ante los All Blacks, el australiano y head coach de Los Pumas, Michael Cheika, reconoció las diferencias existentes entre ambos equipos, el sentimiento de decepción de no llegar a la final, pero agradeció el apoyo recibido por la hinchada argentina. “Es increíblemente decepcionante para nosotros. El esfuerzo fue enorme. Hicieron todo lo posible y creo que fue solo en los detalles del juego, ya sabes, los pequeños detalles sobre la transición en los scrums, los últimos minutos antes del entretiempo, los primeros minutos del segundo tiempo: son los pequeños matices que todavía no tenemos en nuestro juego”.

“Fui jugador de rugby, también; no me gusta perder. Pero no es un momento triste, es el momento de más orgullo”, resaltó Cheika. “Llegamos a la semifinal de un Mundial, con muchos jugadores en su primera participación, que no tienen esta experiencia. Este camino no es siempre un camino fácil. El equipo hizo un gran desgaste físico esta noche, el compromiso físico fue el mejor que tuvimos en todo el Mundial. Fallamos en detalles. Si estoy triste por ellos y por todo el esfuerzo que ponen en cancha, ya que los jugadores quieren hacer mucho por el país, por los fans, hacer lo mejor posible. Cuando fallamos en ese objetivo, no solo para nosotros sino para mucho otros, es duro. Pero esta bien que sea duro, eso nos hace aprender cosas importantes para el final, porque el próximo partido es otra final”.

Con el rostro compungido, arrollado por la contundencia del resultado (6-44), el entrenador afrontó la conferencia de prensa. “No lloré, pero vivimos una emoción importante”, reconoció en su esforzado castellano.

Aunque Cheika rescató la actitud del equipo. “El compromiso estuvo”, valoró el entrenador, que el viernes próximo dirigirá su último partido al frente de los Pumas. “Fallamos en algunos detalles en particular. El primer try de Will Jordan, por ejemplo: nos habíamos preparado para situaciones como esa. Pasó muchas veces en el partido. Contra un equipo como Nueva Zelanda, que es muy eficaz para marcar puntos, esos detalles son muy costosos. No fue sólo una cosa, fue una combinación de pequeñas faltas en momentos importantes”.

Los detalles fueron la pequeña diferencia desembocó en una goleada por parte de Nueva Zelanda, que fue decisivo en los momentos críticos y los Pumas fallaron allí. “Lo más importante en este tipo de batallas está en el maul, en el scrum, y no sé exactamente por qué en momentos importantes, antes del fin del primer tiempo fallamos y terminamos con un try en contra. Y después arrancamos el segundo tiempo de la misma manera. Me gustó mucho cómo atacamos, cómo defendimos, pero debíamos haber tenido la pelota una o dos fases más para quebrarlos. Una semifinal de un Mundial es el nivel más alto que exista. Un error te cuesta un try”.

No haber llegado a la final acabó con el sueño más grande de Los Pumas, pero aún queda un desafío muy importante: es el partido por la medalla de bronce. Al respecto, el entrenador australiano destacó: “No vamos a cambiar el plan de juego para ese partido, vamos a intentar ejecutarlo mejor. Es una semana importante para nosotros. No es poco terminar terceros. Tenemos que aprender de esta semifinal para terminar en la tercera posición. Necesitamos uno o dos días para recuperarnos físicamente, recuperarnos de la cabeza y volver para estar listos para el viernes. Ese día vamos a estar bien, seguramente. Necesitamos sufrir, pero aprendimos cosas que son importantes”.

Antes de que terminara el primer tiempo, Michael Cheika dejó el palco notoriamente disgustado, como consecuencia de un par de fallos cuestionables de Angus Gardner que le quitaron el ímpetu a los Pumas y derivaron en 10 puntos para los All Blacks (un penal, un try, un gol), más allá de los errores puntuales de los argentinos. Casualmente, fue el mismo referí que había dirigido en la victoria argentina en Sydney en 2020, la primera en la historia ante los All Blacks. “No estoy contento con la manera en que el árbitro cobró los rucks en el primer tiempo, sobre todo”, protestó el australiano. “Pero así es este juego. Necesitamos aceptarnos para la semana próxima. Lo que yo diga no va cambiar nada para el próximo juego. Hace años que estoy en esto y siempre fue así. Pero no me gustó cómo refereó el árbitro el ruck”.

El desenlace del duelo del próximo viernes ante el perdedor de Sudáfrica ante Inglaterra, a jugarse también en el Stade de France, será el punto final para hacer el balance. “No puedo hacerlo ahora porque no terminamos”, aclaró Cheika. “Ya no podemos ganar el Mundial, pero estoy muy contento de estar en este lugar con este equipo. Demostramos fuerza, ambición, capacidad de recuperación después de lo que pasó en el primer partido. Lo que ocurrió hoy es otro obstáculo, pero una cosa de la que estamos orgullosos de nuestro equipo es la capacidad de volver de momentos difíciles. El equipo va a estar listo para la semana próxima. Después de ese partido, haremos un balance”.

A Michael Cheika aún le queda un partido al mando de Los Pumas. Muy identificado con la hinchada y su equipo, el entrenador está enfocado en ganar el bronce, para escribir otro capitulo importante en la historia del rugby argentino.